sábado, 21 de mayo de 2011

Niente.

¿Qué puedes hacer cuando tienes a tantas personas esperando que escribas algo bonito que les llene de verdad? No lo sé, ni siquiera yo tengo algo que me llene de verdad.


Ya no estoy enamorada, estoy jodida, bastante jodida, así que no sé cómo escribir algo bonito. Me apetece escribir. Sí, es cierto, me apetece escribir, pero no quiero tener nada que ver con ese sentimiento tan fuerte capaz de tantas cosas a la vez; al menos de momento.

sábado, 7 de mayo de 2011

Time.

-Quiero volar contigo.
-¿Qué dices?.
-Cierra los ojos y bésame, quiero volar contigo.
-Eres tonto.
-Inténtalo.
-Esas cosas no pasan. ¿Tú lo has visto alguna vez?
-Basta con sentirlo; ven a volar conmigo.

lunes, 2 de mayo de 2011

Actually.

Nunca me creí capaz de todo esto. Aún no sé cómo lo conseguí, pero soplé la cerilla justo antes de que la llama acabase conmigo. Ya hace meses de aquella llamada de teléfono, y mi vida ha cambiado bastante desde entonces: para bien, por supuesto.

Era la primera vez en mi vida que amaba así; mi corazón latía a diez mil por hora cada vez que le veía por primera vez en el día. También fue la primera vez que olvidaba así, sin proponérmelo.

Mi vida gira ahora en torno a cosas diferentes, y ahora sin resistirme, sin pensar, sin plantearme las cosas, me dejo llevar. Sigue habiendo amor en mi vida, demasiado; quizá incluso aún más que antes. Ahora sonrío más veces al día y me siento orgullosa de ello.

Nunca dejes que tu vida se convierta en rutina: no te pongas horarios, no llegues tarde, no llores si no lo necesitas de verdad y no te dejes influenciar por nadie que no seas tú mismo.

No me hagas caso, nunca entenderás todo esto hasta que te hayas equivocado; aunque en mi caso,

aún sigo sin entenderlo.

martes, 12 de abril de 2011

All you need is love.

Al fin, era él.

Bajaba los escalones del autobús poco a poco y se dirigía a coger su maleta. Había estado fuera una semana y yo llevaba esperando encontrarme con él desde que le vi por última vez al salir del instituto tres días antes de que se fuese. No tuve ocasión de despedirme. Éramos amigos, pero hacía meses que no hablábamos; y yo, sin saber por qué, me dedicaba a escribir su nombre por todas partes.

Cuando se acercó, me olvidé de todo lo que nos rodeaba. Por un instante noté como si el mundo estuviese dispuesto a pararse por nosotros. Sus labios rozaron los míos y sus manos encontraron mi cintura por primera vez. Siempre había soñado con algo así, pero ni siquiera fui capaz de imaginármelo. Era prácticamente imposible que aquello estuviese sucediendo.

Y en efecto, era casi completamente irreal, ilógico, utópico, etéreo y falaz.

Pero sin duda alguna, y sobre todo, capaz de acelerarme el corazón, prácticamente, a diez mil pulsaciones por segundo.

miércoles, 30 de marzo de 2011

'Bésame, bésame, bésame'



· Supuse que nada como aquello volvería a suceder, así que decidí vivirlo al máximo. Y así pasaron los días, las semanas, los meses… y sin saberlo, tuve la suerte de vivir al máximo cada segundo junto a él. ·

                                                                                                      Caminaba despacio, quizá dándose cuenta de lo que sentía en realidad. Acababa de despertarse y aún estaba amaneciendo. Un dulce color anaranjado bañaba la ciudad  y una suave brisa refrescaba su rostro. A lo lejos, cientos de personas se disponían a empezar su vida con normalidad, y ella entre todos ellos; quizá la más especial, quizá la más bonita.

No se había dado cuenta, pero esa mañana ya no le había recordado. Hacía como un mes que lo habían dejado y desde entonces no habían hablado ni una sola vez. Ya no estaba enamorada de él, pero ninguno de los dos estaba preparado para ser amigo del otro, aun así, eso es otro tema.

Durante aquellos últimos días, había intentado aprovechar cada minuto de su vida. Al comenzar la primavera, lo primero que se le pasó por la cabeza fue ‘aire libre’. Después de aquel oscuro y frío invierno, lo que más necesitaba era un poco de Sol.

Y así se le pasaban los días: sentada en la azotea de su casa, viendo pasar a la gente por la calle y con el Sol dándole en la cara.

Cada atardecer, recordaba las cosas que había hecho ese día. Clasificaba lo que le había hecho sonreír y lo que no, y al final volvía a sonreír al darse cuenta de que tenía más motivos para ser feliz de los que imaginaba.

No se sentía sola. Sus amigos le daban el calor que le faltaba. Les quería muchísimo y se había dado cuenta de que les había echado más de menos de lo que pensaba.

Le encantaba escribir siempre que le apetecía, estuviese en el lugar que estuviese, siempre se las  ingeniaba para escribir lo que se le había pasado por la cabeza.

‘Bésame, bésame, bésame’, se repetía cada vez que le tenía delante, aun estando segura de que él no sentía lo mismo por ella. 

viernes, 25 de marzo de 2011

Forever.

Su cuello, sus labios, su cuerpo; deseables. Como la droga que te quitan para siempre pero no puedes resistir la tentación de tomarla en cuanto la tienes cerca. Como él. ¿Nunca más volver a tomar esa droga? Aún no sé si podré soportarlo. 

La vida no es como nos la pintaron; la mía no es como la pintaste tú; pero estaba ciega, ciega o enamorada, al fin y al cabo, pueden considerarse como sinónimos.

Nunca intentes buscar el amor, el amor no se busca, no crece poco a poco... el amor surge a lo bestia y tú estás ahí. Un recuerdo bonito, un recuerdo tuyo, un recuerdo contigo y una carta que los describa. Dime si tú puedes hacerlo; dime si puedes olvidarlo.

Dejar de recordarte es como desprenderme de una parte de mi vida, pero no hay más opciones; me he quedado sola en esta habitación vacía. 


Me hiciste daño y aún así, decidí confiar en ti para siempre. Lo has vuelto a hacer y a mí ya no me queda nada. Nada aparte de todo.

Todo, lo que me falta para volver a ser feliz.

jueves, 24 de febrero de 2011

Only heart.

Mi pelo tapa mi cara. Hace demasiado frío. La música de mis cascos hace temblar mis oídos. Está despejado y el Sol comienza a salir. Le veo a lo lejos. Se dirige al mismo sitio que yo, pero no serviría de nada intentar alcanzarle. Subo la música. Me ve y me sonríe, pero ahí queda. No significo tanto en su vida como para que me dirija la palabra...

Sí, puede que a veces nos equivoquemos demasiado, pero necesitamos equivocarnos para darnos cuenta de lo bueno y de lo malo. Es como un niño que ve por primera vez una cerilla; la enciende y la admira, pero al jugar con ella, acaba quemándose. Como tú y yo, y aquello que pasó.

Eres la persona que mejor me conoce en el mundo, que me hace más feliz, que mejor sabe cómo tratarme o hacerme sonreír. Pero te mentí, te dije que no me conocías y tú me creíste. Todo lo que teníamos, toda la confianza ganada en tantísimo tiempo acabó esfumándose
por una ventana en la que caían suavemente gotas de lluvia en una noche de septiembre. Fui quel niño que jugó con la cerilla, y al final, acabó
quemándose.

¿Lo has olvidado?, sigo amándote.