miércoles, 30 de marzo de 2011

'Bésame, bésame, bésame'



· Supuse que nada como aquello volvería a suceder, así que decidí vivirlo al máximo. Y así pasaron los días, las semanas, los meses… y sin saberlo, tuve la suerte de vivir al máximo cada segundo junto a él. ·

                                                                                                      Caminaba despacio, quizá dándose cuenta de lo que sentía en realidad. Acababa de despertarse y aún estaba amaneciendo. Un dulce color anaranjado bañaba la ciudad  y una suave brisa refrescaba su rostro. A lo lejos, cientos de personas se disponían a empezar su vida con normalidad, y ella entre todos ellos; quizá la más especial, quizá la más bonita.

No se había dado cuenta, pero esa mañana ya no le había recordado. Hacía como un mes que lo habían dejado y desde entonces no habían hablado ni una sola vez. Ya no estaba enamorada de él, pero ninguno de los dos estaba preparado para ser amigo del otro, aun así, eso es otro tema.

Durante aquellos últimos días, había intentado aprovechar cada minuto de su vida. Al comenzar la primavera, lo primero que se le pasó por la cabeza fue ‘aire libre’. Después de aquel oscuro y frío invierno, lo que más necesitaba era un poco de Sol.

Y así se le pasaban los días: sentada en la azotea de su casa, viendo pasar a la gente por la calle y con el Sol dándole en la cara.

Cada atardecer, recordaba las cosas que había hecho ese día. Clasificaba lo que le había hecho sonreír y lo que no, y al final volvía a sonreír al darse cuenta de que tenía más motivos para ser feliz de los que imaginaba.

No se sentía sola. Sus amigos le daban el calor que le faltaba. Les quería muchísimo y se había dado cuenta de que les había echado más de menos de lo que pensaba.

Le encantaba escribir siempre que le apetecía, estuviese en el lugar que estuviese, siempre se las  ingeniaba para escribir lo que se le había pasado por la cabeza.

‘Bésame, bésame, bésame’, se repetía cada vez que le tenía delante, aun estando segura de que él no sentía lo mismo por ella. 

viernes, 25 de marzo de 2011

Forever.

Su cuello, sus labios, su cuerpo; deseables. Como la droga que te quitan para siempre pero no puedes resistir la tentación de tomarla en cuanto la tienes cerca. Como él. ¿Nunca más volver a tomar esa droga? Aún no sé si podré soportarlo. 

La vida no es como nos la pintaron; la mía no es como la pintaste tú; pero estaba ciega, ciega o enamorada, al fin y al cabo, pueden considerarse como sinónimos.

Nunca intentes buscar el amor, el amor no se busca, no crece poco a poco... el amor surge a lo bestia y tú estás ahí. Un recuerdo bonito, un recuerdo tuyo, un recuerdo contigo y una carta que los describa. Dime si tú puedes hacerlo; dime si puedes olvidarlo.

Dejar de recordarte es como desprenderme de una parte de mi vida, pero no hay más opciones; me he quedado sola en esta habitación vacía. 


Me hiciste daño y aún así, decidí confiar en ti para siempre. Lo has vuelto a hacer y a mí ya no me queda nada. Nada aparte de todo.

Todo, lo que me falta para volver a ser feliz.