lunes, 2 de mayo de 2011

Actually.

Nunca me creí capaz de todo esto. Aún no sé cómo lo conseguí, pero soplé la cerilla justo antes de que la llama acabase conmigo. Ya hace meses de aquella llamada de teléfono, y mi vida ha cambiado bastante desde entonces: para bien, por supuesto.

Era la primera vez en mi vida que amaba así; mi corazón latía a diez mil por hora cada vez que le veía por primera vez en el día. También fue la primera vez que olvidaba así, sin proponérmelo.

Mi vida gira ahora en torno a cosas diferentes, y ahora sin resistirme, sin pensar, sin plantearme las cosas, me dejo llevar. Sigue habiendo amor en mi vida, demasiado; quizá incluso aún más que antes. Ahora sonrío más veces al día y me siento orgullosa de ello.

Nunca dejes que tu vida se convierta en rutina: no te pongas horarios, no llegues tarde, no llores si no lo necesitas de verdad y no te dejes influenciar por nadie que no seas tú mismo.

No me hagas caso, nunca entenderás todo esto hasta que te hayas equivocado; aunque en mi caso,

aún sigo sin entenderlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario