viernes, 21 de enero de 2011

When he kisses me.

-Tengo miedo.

No, te equivocas, ahora no hay motivos para tener miedo. Nadie más, solos tú y yo. Bésame, bésame ya, humedece mis labios con mi propia droga, tus labios. Porfavor, no roces otras manos, no te alejes de mi piel, necesito sentir el calor que desprende tu cuerpo, necesito sentirte cerca. Sí, eres tú, lo sé, eres tú. Por ti me he levantado cada mañana con una sonrisa aún sin conocerte, por ti aprendí a amar. Ahora sé lo que he estado esperando toda mi vida, porque antes de ti, antes de ti... no recuerdo antes de ti. Es como si toda mi vida se hubiese resumido en el tiempo que llevamos juntos. Como si notase tu existencia aún sin conocerla.

-Cariño... ¿dónde has estado todo este tiempo que pasé sin ti?
-Esperándote.


Nunca sentí tus labios, siempre te sentía a ti, y a tu lado, jamás tuve frío, el calor de tus abrazos me hacían dejar de tiritar. Porque ''mi vida''... son las dos palabras que mejor definen tu latir.

-Sonríeme... no, ya no tengo miedo.

lunes, 3 de enero de 2011

When you smile, the whole world stops.

A veces, cuando estamos mal, cuando unas solas palabras son capaces de desviar el rumbo de nuestra vida, se nos tiñe la vista de negro, nos equivocamos al  pensar y tomar decisiones; comenzamos a convertirnos en personas demasiado imprevisibles.

Te sientes débil. Temes que nada cambie, porque le necesitas. Le necesitas, sí, le necesitas, ¿por qué no admitirlo? Y poco a poco, pasan las horas, día a día, y la rutina provoca que comience a rendirme. Caen los intentos, caen las esperanzas, caen las lágrimas guardadas durante cada día al esconderte de la vida bajo las sábanas.

Un álbum de fotos. Cada foto, un momento de vuestra vida, una vida que formásteis juntos.

Eh tú, sonríe aunque esto no sea una foto para ese álbum. Aunque te sientas como si necesitases vomitar para librarte de ese vacío, aunque quieras llorar hasta verte los ojos morados del dolor de la espera, aunque grites y grites a la sombra del alto volumen de la minicadena de tu cuarto, sonríe y tiéndele la mano al mundo porque al final, llegará un día en el que todo cambie y la vida deje de darte la espalda.


Sí, créeme, es difícil salir de ese agujero negro, pero confía en mí, sé lo que me digo. Abre los ojos, para de mirar al pasado, y déjate llevar. Y ahora, confía en ti mismo, haz siempre lo que tú desees, sé feliz, y nunca, NUNCA, te dejes influenciar por los demás.

Haz que tu vida merezca la pena por lo que eres, y no por lo que quieren que seas.